Por Renato Perez
El inicio de la Liga 1 2025 ha sido complicado para Sporting Cristal, y aunque la figura del entrenador Guillermo Farré ha sido centro de las críticas, la realidad es que los jugadores también están desempeñando un papel clave en las malas actuaciones del equipo. Tras el duelo de hoy ante FBC Melgar en la ciudad de Arequipa, podemos decir que no todo es culpa del estratega, ya que varios futbolistas no han alcanzado el nivel esperado, lo que ha llevado al conjunto celeste a enfrentar problemas tanto defensivos como ofensivos.
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Uno de los principales señalados en las últimas semanas ha sido el defensor central uruguayo Franco Romero. El zaguero ha mostrado desajustes defensivos en varios partidos, cometiendo errores en la marca y en la salida del balón, lo que ha generado situaciones de peligro innecesarias para su equipo. En el partido ante Melgar, por ejemplo, su falta de reacción ante un despeje errado contribuyó al gol que definió el encuentro. Si bien Romero tiene experiencia, su falta de concentración y de liderazgo en la zaga ha sido una de las claves del desorden defensivo que ha sufrido Cristal.
Flavio Alcedo, uno de los defensores centrales jóvenes surgidos de la cantera celeste, también ha tenido dificultades para adaptarse al ritmo de la primera división. Su desempeño ha sido irregular, con momentos de inseguridad que han puesto en riesgo la estabilidad defensiva del equipo. Aunque su potencial es innegable, la falta de consistencia en su rendimiento ha sido un obstáculo en la construcción de una defensa sólida para Cristal.
El mediocampista Christofer Gonzáles, conocido como 'Canchita', no ha logrado el nivel de influencia que se esperaba de él. A pesar de su calidad técnica, el volante no ha sido constante ni en la recuperación ni en la creación de juego, lo que ha dejado al mediocampo de Cristal sin el dinamismo necesario para conectar el juego entre las líneas. Gonzáles no ha podido asumir el rol de líder en la zona media, y sus rendimientos por debajo de lo esperado han complicado la generación de fútbol en su equipo.
Otro de los jugadores que no ha cumplido con las expectativas es Catriel Cabellos, volante que también ha mostrado problemas en la salida del balón y en la recuperación. En partidos recientes, como ante Melgar, sus errores en la entrega fueron clave para que el equipo rival aprovechara los espacios y lograra generar jugadas de peligro. Cabellos no ha logrado mostrar la solidez que se espera de un volante de su perfil, y su inconsistencia ha sido una de las grandes preocupaciones en el mediocampo de Cristal.
Irven Ávila: falta de efectividad en el ataque En el caso de Irven Ávila, el delantero ha mostrado grandes destellos de habilidad, pero no ha sido capaz de traducirlos en goles o asistencias. El atacante carece de la chispa que lo hizo destacar en otras temporadas y ha quedado relegado en el ataque de Cristal. Su incapacidad para desbordar con la frecuencia necesaria y su falta de contundencia frente al arco han dejado al equipo sin una opción confiable en la delantera. Si bien no se le puede culpar de manera absoluta, su falta de influencia en el juego ofensivo ha sido un factor negativo para el equipo.
Leandro Sosa: sin aporte en defensa ni ataque Por último, Leandro Sosa, lateral derecho que también puede jugar como volante, ha tenido un rendimiento bajo. Sosa no ha podido generar profundidad por su banda, una de las características que se le conocían cuando llegó al club. Además, su desempeño en defensa no ha sido sólido, y sus subidas al ataque carecieron de efectividad. La falta de consistencia en ambas facetas del juego ha dejado al equipo con una banda derecha vulnerable, tanto en defensa como en ataque.
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