Por Renato Perez
El triunfo de Perú por 3-1 sobre Bolivia en el Estadio Nacional dejó varias figuras destacadas, pero sin duda, uno de los jugadores más sobresalientes fue Renzo Garcés. El defensor central de Alianza Lima demostró una vez más que tiene todo lo necesario para ser una pieza clave en la defensa peruana. Su rendimiento fue impecable a lo largo del partido, siendo fundamental en la contención y despeje de los ataques bolivianos, especialmente cuando el equipo se encontraba con el marcador a favor, todo lo contrario sucedió con un Renato Tapia muy errático en los pases y en salidas desde el fondo del equipo.
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Renzo Garcés, de 28 años, se mostró seguro y resolutivo en cada acción defensiva. Su capacidad para anticipar las jugadas fue vital para cortar los avances de Bolivia, y su habilidad para despejar los balones en momentos clave le dio tranquilidad a la defensa peruana. Además, sus coberturas fueron perfectas, alineándose bien con sus compañeros y nunca dejando a los rivales libres dentro del área. Su presencia en el fondo fue sólida, y su lectura del juego permitió que Perú mantuviera el control defensivo, incluso cuando Bolivia intentó reaccionar.
A lo largo del encuentro, Renzo Garcés estuvo impecable en los duelos aéreos y mostró una gran capacidad para salir jugando desde el fondo, lo que le permitió a la selección mantener la posesión de balón en varias ocasiones. Garcés fue uno de los pilares del triunfo de Perú, demostrando que es un defensor con gran proyección y que tiene la mentalidad de un veterano, siendo clave para la seguridad defensiva del equipo.
Por otro lado, el rendimiento de Renato Tapia estuvo muy por debajo de las expectativas. El mediocampista de Celta de Vigo, que generalmente es uno de los jugadores más importantes en el mediocampo de la selección peruana, no rindió en este partido y dejó muchas dudas sobre su aporte en la contención y distribución del balón. A pesar de ser el motor del equipo en otras ocasiones, en este encuentro Tapia estuvo impreciso, como perdido en el mediocampo y sin aportar la solidez a la que nos tiene acostumbrados.
Desde el primer tiempo, Renato Tapia se mostró errático en los pases, tanto cortos como largos, lo que comprometió varias veces la salida de Perú desde el mediocampo. En varias jugadas, perdió balones de forma inexplicable, lo que permitió a Bolivia recuperar rápidamente el esférico y crear algo de peligro. En el aspecto defensivo, Tapia también se mostró algo desubicado, sin poder dar esa cobertura tan sólida que lo caracteriza, y dejó algunos espacios que pudieron haber sido aprovechados por los atacantes bolivianos.
Fuente: X
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Además, la falta de precisión en sus entregas cortas y largas afectó la circulación del balón, algo fundamental para el esquema de Óscar Ibáñez. Renato Tapia no logró conectar bien con sus compañeros, y en momentos en los que se esperaba su capacidad para organizar el juego, no estuvo a la altura. En definitiva, su desempeño en el mediocampo fue un fiasco, y se vio superado en varias fases del partido.
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