Por Renato Perez
La victoria parcial de Uruguay por 2-0 sobre la selección peruana Sub-20 ha dejado una huella profunda en el ámbito futbolístico nacional, no solo por el marcador, sino por la controversial decisión del técnico peruano, José "Chemo" del Solar, quien, en un acto que pocos esperaban, realizó dos cambios a los 25 minutos del primer tiempo, lo que generó una gran preocupación tanto en los medios de comunicación como en los aficionados.
El hecho de hacer cambios tan temprano en el partido, sin un contexto claro de lesión o problema táctico, no solo es una señal de desconcierto por parte del cuerpo técnico, sino que también puede tener efectos perjudiciales para el rendimiento de los jugadores. En el caso específico de la Sub-20, que se encuentra en un proceso de formación y consolidación, una decisión como esta puede tener consecuencias mucho más graves de las que muchos imaginan.
Los jugadores jóvenes, más que aquellos que ya están consolidados en el profesionalismo, dependen enormemente de la confianza que se les otorgue tanto por parte del cuerpo técnico como de sus compañeros. En estos primeros pasos hacia la madurez futbolística, cada acción en el campo tiene un peso significativo, y cada cambio realizado por un entrenador genera un mensaje, ya sea de confianza o de desesperación.
Cuando Chemo del Solar toma la decisión de sustituir a dos jugadores a los 25 minutos, envía una señal extremadamente negativa al equipo. No es solo una cuestión táctica, es una cuestión emocional. En un contexto donde la selección Sub-20 ya está enfrentando a un rival de gran nivel como Uruguay, realizar cambios tan prematuros podría interpretarse como una falta de fe en las capacidades de los jugadores. Esto podría tener un impacto directo en la moral del grupo, ya que los futbolistas se sienten expuestos ante la mirada crítica de la opinión pública y, lo que es peor, ante sus propios compañeros de equipo.
Si bien las circunstancias y los jugadores de la selección mayor no son los mismos que los de la Sub-20, la gestión de Juan Reynoso al frente de la Bicolor tuvo un enfoque mucho más reflexivo y mesurado en cuanto a los cambios en los partidos. Aunque Reynoso enfrentó muchas críticas por su estilo de juego y decisiones tácticas, su forma de manejar el vestuario y los cambios en el equipo nunca fue tan drástica como la de Chemo en esta ocasión. Reynoso supo cómo preservar la confianza de sus jugadores, a pesar de los resultados negativos, y evitó tomar decisiones que pudieran socavar la moral del equipo.
El hecho de que Chemo del Solar haya actuado con tal celeridad en un partido donde la Selección Sub-20 aún estaba buscando encontrar su ritmo ante un rival formidable como Uruguay, genera una comparación preocupante con la gestión de Reynoso, quien siempre procuró mantener la estabilidad emocional de sus futbolistas, incluso cuando los resultados no acompañaban.
Otro aspecto clave es la exposición internacional que recibe la selección Sub-20 en este tipo de partidos. La prensa y los aficionados observan con lupa cada movimiento, y situaciones como las que vivió el equipo peruano este día ante Uruguay no solo afectan la imagen de los jugadores, sino también la de todo el fútbol nacional. No es lo mismo hacer cambios a los 60 minutos, cuando el partido ya está más resuelto, que hacerlo cuando apenas se está iniciando el primer tiempo. Este tipo de decisiones pueden ser vistas como un signo de desesperación y falta de control, exponiendo a los jóvenes futbolistas a la crítica sin necesidad.
La exposición negativa ante los ojos del mundo, especialmente cuando se trata de un equipo Sub-20 en formación, es una de las preocupaciones más grandes para cualquier entrenador que busque proyectar una imagen positiva para sus jugadores y, en consecuencia, para el fútbol del país. Al exponer tan abiertamente los errores tácticos o la falta de confianza, se puede generar una atmósfera de inseguridad, lo que se traduce en presión adicional para los futbolistas jóvenes, que ya tienen que lidiar con las expectativas de los hinchas y los medios de comunicación.
La decisión de Chemo del Solar de realizar dos cambios a los 25 minutos del primer tiempo en el partido ante Uruguay no solo fue una elección táctica cuestionable, sino también un acto que pone en evidencia la fragilidad emocional del equipo Sub-20. Esta acción puede haber socavado la confianza de los jugadores, dejándolos expuestos a la crítica pública y demostrando una falta de estabilidad por parte del cuerpo técnico. Si bien la gestión de Juan Reynoso con la selección mayor también tuvo sus momentos difíciles, jamás vimos una intervención tan drástica en tan poco tiempo, lo que pone en duda la forma en que Chemo está manejando el grupo juvenil.
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