Por Renato Perez
Lo que debería ser una fiesta del fútbol, lamentablemente, se vio manchada por actos que no tienen lugar en ningún estadio. Durante el encuentro entre UTC y Sporting Cristal, disputado en la ciudad de Cajabamba, un grupo de hinchas celestes protagonizó un lamentable incidente que obligó al árbitro principal, Edwin Ordóñez, a detener el juego por unos instantes.
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La razón de la interrupción fue seria: insultos racistas dirigidos hacia el arquero de UTC, Diego Campos. La situación no pasó desapercibida para el juez del encuentro, quien aplicando el protocolo correspondiente, paralizó las acciones y alertó a los equipos y a los oficiales del partido sobre lo que estaba ocurriendo en las tribunas. Un hecho que, más allá de lo deportivo, deja una mancha que Sporting Cristal deberá afrontar.
Este no es un episodio aislado. Hace apenas unas semanas, durante el debut de Sporting Cristal en la Copa Libertadores frente a Palmeiras, un hincha del equipo peruano fue captado haciendo gestos racistas hacia la hinchada brasileña. Aquella vez, las imágenes se viralizaron rápidamente, generando una ola de críticas y encendiendo las alarmas sobre la conducta de ciertos sectores de la barra celeste.
Ahora, en el duelo frente a UTC por la Liga 1, se repite una escena que genera preocupación. La constante reincidencia en este tipo de actos desafía no solo a la dirigencia del club, sino también a las autoridades deportivas del país, que deben actuar con firmeza para erradicar estos comportamientos de los estadios.
Hasta el momento de este incidente, el marcador parcial favorecía a UTC por 2-1 ante Sporting Cristal, en un encuentro vibrante y disputado de principio a fin. Sin embargo, la tensión en el terreno de juego se trasladó a las gradas de la peor manera.
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Este tipo de actitudes opaca lo que debería ser el verdadero espectáculo: el fútbol dentro del campo. Sporting Cristal, que busca sumar de visita para seguir en la pelea por el campeonato, ahora también tendrá que enfrentar las repercusiones de este bochornoso momento. La responsabilidad es colectiva: dirigentes, jugadores, y sobre todo los propios hinchas, deben entender que el racismo no tiene cabida en el deporte. El fútbol debe ser un espacio de celebración, no de discriminación.
23/04/2025
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