Por Renato Perez
El mundo despide a un líder espiritual único. El Papa Francisco, fallecido este lunes a las 7:35 a.m., no solo será recordado por su legado en la Iglesia, sino también por su profundo amor al fútbol. Hincha confeso de San Lorenzo de Almagro, el Sumo Pontífice no dudaba en compartir sus opiniones futbolísticas, incluso en medio de los grandes debates que dividen al planeta fútbol.
Durante años, el mundo del fútbol ha discutido sobre quién es el mejor jugador de la historia: Diego Maradona o Lionel Messi. Como argentino, muchos esperaban que el Papa tomara partido por alguno de sus compatriotas. Sin embargo, su respuesta sorprendió a todos. En una entrevista con la cadena italiana RAI, eligió a Pelé como el mejor futbolista de todos los tiempos.
“¿Maradona o Messi? Yo incluiría a un tercero: Pelé. Son los tres que he seguido. Maradona fue un grande, pero como persona tuvo fallos. Messi es muy correcto, todo un caballero. Pero para mí, de los tres, el mejor es Pelé”, expresó sin titubeos, demostrando su admiración por el astro brasileño.
Para el Papa Francisco, ‘O Rei’ Pelé representaba más que talento futbolístico: simbolizaba la humildad, el respeto y el carisma dentro y fuera de las canchas. Su elección refleja no solo criterios deportivos, sino también humanos y espirituales, los mismos que guiaron su pontificado. Pelé, tricampeón mundial con Brasil (1958, 1962 y 1970), siempre mantuvo una relación cercana con el Vaticano y con el Papa, quien lo consideraba un verdadero embajador de la paz a través del deporte.
Más allá de las figuras, el Papa Francisco veía el fútbol como un instrumento para construir una sociedad más solidaria. “El deporte permite desarrollar talentos, pero también ayuda a construir comunidad. Nos enseña el valor de la fraternidad”, señaló en uno de sus mensajes públicos. Para él, en el campo de juego no importaban las nacionalidades ni las diferencias culturales. Lo esencial era el trabajo en equipo, la empatía y el objetivo común, valores que consideraba esenciales para la convivencia humana.
Con su partida, el mundo pierde a un líder espiritual y también a un ferviente amante del fútbol. El Papa Francisco deja una huella profunda, no solo en la Iglesia Católica, sino también en el deporte rey, al recordarnos que el fútbol puede ser mucho más que un juego.
06/05/2025
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