Además de Guerrero, los jugadores de la Selección Peruana que ya están para el asilo

La Selección Peruana perdió una nueva oportunidad para dejar en el pasado los malos resultados de los 5 partidos de las Eliminatorias Sudamericanas y enfrentando a una Venezuela que llegó con todo el ánimo de sumar un buen resultado caímos en incertidumbres y dudas constantes que todavía no nos han permitido conseguir una victoria, por lo que de todas maneras se deberían dar cambios ya mismo en el plantel de cara a los siguientes duelos del proceso clasificatorio del próximo año.

Si bien es cierto que no estuvo desde el arranque y que con su ingreso no generó muchas ocasiones ofensivas en el equipo de todos, para nadie es ningún secreto que Paolo Guerrero ya debería dar el paso al costado por un tema de edad y por naturaleza propia al priorizar la chance de ver nuevos rostros en dicha posición del campo de juego. Para el 2024 el goleador tendrá 40 años de edad y obviamente su nivel ya no será el mismo, por lo que de todas maneras debería dar un paso al costado y así no terminar de muy mala manera su estadía en Videna.

Otro de los nombres de la Selección Peruana que debería irse al asilo ya mismo es el de Carlos Zambrano, quien fue titular ante Bolivia hace unos días y hoy no fue parte del encuentro ante Venezuela en Lima. El zaguero central ya demostró que no tiene el nivel necesario para seguir compitiendo en lo más alto posible y con 34 años de edad ya no está para ni siquiera para ser una opción de recambio, así que lo primordial sería empezar a tener nuevas opciones pensando en el futuro de este proceso y de los demás.

El proceso no da para más

Si bien es cierto que los nombres anteriormente mencionados deberían decirle adiós a la Selección Peruana ya mismo, no podemos perder de vista que el máximo responsable de este desastre es Juan Reynoso, quien no tiene ningún interés de renunciar o algo por el estilo ya que por sus propias palabras tiene toda la intención de mantenerse en el cargo y así respetar su contrato para tratar de cambiarle la cara a un equipo que hoy es último en la tabla de posiciones.