Por Renato Perez
El partido entre Perú y Bolivia en el Estadio Nacional se vivió con una intensidad única, sobre todo en el momento en que Bolivia logró descontar para ponerse 2-1 en el marcador. Sin embargo, lo que llamó la atención no fue solo el gol de penal convertido por Miguel Terceros, sino también la reacción del director técnico de Perú, Óscar Ibáñez, quien desde la zona técnica mostró un liderazgo ejemplar, alentando con fervor a sus jugadores a mantener la calma y seguir luchando por el triunfo.
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Fuente: Captura X
En ese momento clave, la reacción del DT Óscar Ibáñez fue inmediata y ejemplar. Lejos de permitir que el equipo se viera afectado por el gol en contra, Ibáñez mostró un liderazgo constante desde la zona técnica, tratando de calmar a sus jugadores y devolverles la confianza para continuar con el plan de juego. Con una actitud positiva, levantó las manos hacia sus jugadores y comenzó a gritar con energía: "¡Vamos, vamos, vamos!", mientras señalaba hacia adelante, instando a sus dirigidos a seguir buscando el gol que les asegurara la victoria.
El gesto de Óscar Ibáñez fue muy significativo. En lugar de caer en la desesperación o el nerviosismo, el DT peruano transmitió su energía positiva al equipo, enfatizando la importancia de mantener la concentración y no ceder ante el empuje de los bolivianos. Era un claro mensaje de que Perú debía seguir adelante, sin confiarse, y mantener la presión sobre el rival. Además, sus gestos con las manos levantadas fueron un símbolo de unidad y confianza, algo que transmitió de inmediato a los jugadores.
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El encuentro estaba 2-0 a favor de Perú cuando, a pocos minutos del descuento, Bolivia logró acercarse en el marcador gracias a un penal ejecutado por Miguel Terceros. La jugada fue polémica, pero el árbitro sancionó la infracción dentro del área, y Terceros no falló desde el punto de penal. El gol significaba un toque de alerta para la selección peruana, pues el partido se complicaba y el equipo rival recobraba algo de confianza. Con el 2-1 parcial, la tensión en las tribunas del Estadio Nacional aumentaba, y la pregunta era si la Selección Peruana sabría gestionar la presión y mantener la ventaja en el marcador.
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