Por Renato Perez
Durante el 2024, Jorge Fossati intentó implementar un sistema de juego con la Selección Peruana que finalmente no dio los resultados esperados. A pesar de contar con jugadores talentosos, el técnico uruguayo nunca logró encontrar la fórmula correcta. Su insistencia en utilizar el esquema 3-5-2 y alinear a futbolistas fuera de sus posiciones naturales resultó en un equipo sin identidad ni cohesión, lo que acabó con su salida como entrenador.
En contraposición, Óscar Ibáñez, el nuevo director técnico, podría ofrecer a la Selección Peruana una nueva perspectiva. Si bien el camino de Ibáñez recién comienza, su experiencia dentro del cuerpo técnico de Ricardo Gareca podría ser fundamental para redirigir a la bicolor. Su enfoque pragmático y la idea de "jugar simple" podrían marcar una diferencia sustancial, ya que pondría a los jugadores en sus posiciones naturales, lo que potenciaría sus virtudes y fortalecería al equipo.
Una de las críticas más grandes al proceso de Fossati fue su rigidez táctica. A lo largo de todo el 2024, el uruguayo nunca varió su sistema 3-5-2, a pesar de que los resultados no acompañaban. En muchas ocasiones, alineó a jugadores fuera de sus posiciones habituales, lo que afectó la química del equipo. Por ejemplo, defensores que no se sentían cómodos en el centro del campo o delanteros forzados a trabajar en roles defensivos. Esta falta de flexibilidad y de adaptación a las características de los jugadores fue una de las principales razones por las que los resultados fueron negativos.
El esquema 3-5-2 de Fossati, además de ser predecible, no logró generar un fútbol fluido ni aprovechar el potencial ofensivo de la Selección Peruana. Las victorias escasearon, y la bicolor terminó perdiendo identidad dentro del campo, lo que provocó que el entrenador fuera cesado de su cargo.
Óscar Ibáñez se presenta como una opción más flexible para dirigir a la Selección Peruana. Su experiencia como parte del cuerpo técnico de Ricardo Gareca le ha permitido conocer a fondo a muchos jugadores clave del equipo, como Pedro Gallese, Renato Tapia o André Carrillo, y entender qué es lo que mejor les sienta en el campo. A diferencia de Fossati, Ibáñez tiene la capacidad de ajustar el sistema táctico según las fortalezas y debilidades de su plantilla.
Su propuesta se basa en jugar simple, utilizando las fortalezas individuales de los futbolistas sin sobrecargarlos de tareas tácticas que no les son naturales. Alinear a los jugadores en sus respectivas posiciones y darles libertad para explotar sus virtudes es la clave para lograr un equipo competitivo. Además, al ser un entrenador que ya conoce el funcionamiento interno de la selección, Ibáñez podría generar un ambiente más colaborativo y adaptado a los jugadores.
Con Óscar Ibáñez en el mando, la Selección Peruana podría cambiar su rumbo basándose en un enfoque táctico más sencillo y natural. La clave estará en aprovechar las virtudes de cada jugador en su posición habitual, lo que podría devolverle al equipo la solidez y competitividad que perdió bajo el mandato de Jorge Fossati.
13/03/2025
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12/03/2025
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