Todo se paga, el duro golpe que podría recibir Agustín Lozano por una de sus pésimas gestiones

Agustín Lozano, presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), se encuentra en el ojo del huracán tras el polémico ascenso de Juan Pablo II a la Liga 1. El club, propiedad del propio Lozano, se benefició de un gol en clara posición de offside en el partido decisivo ante Comerciantes FC, lo que desató una ola de críticas y cuestionamientos sobre la transparencia del proceso.

Comerciantes FC, el equipo perjudicado por el error arbitral, ha presentado un reclamo formal ante la FPF exigiendo que se repita el partido. La institución argumenta que el gol en offside fue decisivo para el resultado final y que les arrebató injustamente la posibilidad de ascender a la máxima categoría del fútbol peruano.

La polémica ha generado un gran revuelo en el ambiente futbolístico nacional. Los hinchas de Comerciantes FC, pero también de otros equipos, han expresado su indignación ante lo que consideran una clara manipulación del resultado. Las redes sociales se han llenado de críticas hacia Lozano y la FPF, acusándolos de favorecer a Juan Pablo II.

Si la FPF decide aceptar el reclamo de Comerciantes FC y ordena repetir el partido, Lozano se enfrentaría a una situación sumamente delicada. No solo pondría en juego su credibilidad como presidente de la FPF, sino que también se convertiría en el hazmerreír del fútbol peruano. La imagen de la institución se vería seriamente afectada, y la confianza de los clubes y los hinchas en la gestión de Lozano quedaría seriamente minada.

Por otro lado, si la FPF decide mantener el resultado original, Lozano también saldría perjudicado. Sería acusado de favorecer a su propio club y de utilizar su posición de poder para obtener beneficios personales. Esta situación podría generar un conflicto de intereses y socavar la transparencia de la institución.

Por ello es que el polémico ascenso de Juan Pablo II ha puesto a Agustín Lozano en una situación extremadamente difícil. La presión de los medios de comunicación, de los hinchas y de los clubes rivales es cada vez mayor. El presidente de la FPF deberá tomar una decisión crucial en los próximos días, una decisión que marcará su futuro al frente de la institución.