No lo olvida, el mensaje de Paolo Guerrero para Jefferson Farfán en su día

El fútbol peruano ha sido testigo de grandes rivalidades, pero también de grandes amistades. Una de las más emblemáticas es la que une a Paolo Guerrero y Jefferson Farfán, dos figuras que han marcado una época en el balompié nacional. Este 26 de octubre, al cumplirse 40 años de la 'Foquita', el 'Depredador' ha querido rendirle un sentido homenaje a través de sus redes sociales.

• 

  Recomendado

  Ahora que está al 100%, Christian Cueva llegará a Lima para arruinar el Centenario de la 'U'

• 

  Recomendado

  ¿Hay palanca? En Cienciano confiesan si hay presión para vencer a Universitario

"Feliz cumpleaños, Agustín. Que pases un lindo día y que Dios te continúe dándote muchos años de vida, salud, paz y mucho amor, hermano. Te quiero mucho", escribió Guerrero en Instagram, junto a una tierna fotografía de ambos cuando eran niños, vistiendo los colores de Alianza Lima.

Una amistad forjada en la infancia

La amistad entre Guerrero y Farfán se remonta a sus primeros años en las divisiones menores de Alianza Lima. Juntos, soñaban con convertirse en futbolistas profesionales y representar a su país. Sus caminos se cruzaron en numerosas ocasiones a lo largo de sus carreras, tanto a nivel de clubes como en la Selección Peruana.

"Desde niños hemos compartido muchas cosas: alegrías, tristezas, sueños. Siempre hemos estado el uno para el otro", confesó en alguna ocasión Guerrero. Y es que la complicidad entre ambos jugadores era evidente dentro y fuera de la cancha. Sus celebraciones conjuntas, sus bromas y su apoyo mutuo se convirtieron en una de las marcas registradas de la Selección Peruana.

Un legado que trasciende generaciones

La amistad entre Guerrero y Farfán es un ejemplo de cómo el fútbol puede unir a las personas y crear lazos que perduran en el tiempo. Ambos jugadores han dejado una huella imborrable en el fútbol peruano y han inspirado a millones de jóvenes a seguir sus pasos.

Su legado trasciende las canchas y se convierte en un símbolo de la pasión y el compromiso con los colores de la camiseta nacional. La amistad entre Guerrero y Farfán es una muestra de que el fútbol, más allá de ser un deporte, es una forma de vida que puede unir a las personas y crear vínculos que perduran por siempre.